1. Los pañales no son un invento moderno
Desde el alba de los tiempos los humanos han tapado la zona pélvica de sus recién nacidos con algún tipo de cobertura absorbente que evitara tanto los malos olores como el derrame de heces fecales u orina, sobre todo en los pueblos nómadas. Los esquimales tapaban antiguamente a sus bebés con pieles de foca rellenas en su interior de musgo. Los incas utilizaban pieles de conejo en las que colocaban pasto fresco, y los pioneros americanos empleaban paños de algodón que luego secaban sin lavar.
Ya en los siglos XIX y XX los pañales eran generalmente de paño de algodón más o menos basto, y se lavaban tras su uso. No fue hasta los años 40 del siglo pasado que se comenzó a sustituir el paño por otros materiales más absorbentes, como la celulosa, lo que mejoró sustancialmente la calidad de vida de los bebés. En concreto fue en Suecia donde se crearon los primeros pañales desechables, que luego se exportaron a Estados Unidos a precios desorbitados. Fue en este país donde les añadieron en los bordes cierres plásticos para que la orina y las heces no se derramaran fuera del pañal, creando así los primeros modelos de pañal desechable moderno.
2. Hoy no todo el mundo usa pañales desechables
Aunque son más difíciles de conseguir, al menos en Colombia, hay algunos padres que optan por los pañales de tela en lugar de los desechables. Las razones son varias, pero cabe destacar que los pañales de tela se pueden usar hasta tres o cuatro años antes de desecharlos, dada su alta durabilidad. Esto quiere decir que una familia con más de un hijo pequeño puede emplearlos en todos ellos sin problemas, lógicamente tras lavarlos. En tiempos de crisis y con el IVA de los pañales disparado al 19%, sin mencionar la inflación actual del país.
El ahorro en el empleo de pañales de tela frente a los desechables se estima entre 600 mil y 800 mil pesos al año, siempre considerando que el gasto medio en pañales de una familia con un bebé supera los $ 2.700.000 pesos anuales. Si se comparan familias con más de un hijo pequeño, el ahorro puede ser significativamente mayor. Por otro lado la tela de estos pañales no es ni de lejos como la de los antiguos pañales, sino que resulta similar en tacto a los desechables y está hecha también de materiales absorbentes como el cáñamo, el bambú o las microfibras de algodón.
La parte exterior del pañal de tela tiene una cobertura plástica con estampados que evitan derrames y permiten que puedan ser usados como ropa de calle. Además, al lavarlos algunos modelos permiten separar la parte interior con los restos de la exterior y lavar solo la primera tras eliminar los detritos. Sin embargo, hay que tener cuidado al lavar estos pañales, porque si quedan restos de jabón en la tela pueden crear alergias en el bebé que derivarán en dermatitis. También tienen el inconveniente de que hay que cambiarlos con más frecuencia, dado que su capacidad de absorción es algo menos que en un desechable.
3. Se puede llenar el estadio el campin dos veces con los pañales sucios de los bebés en Colombia
No es un chiste, teniendo en cuenta que un bebe se cambia entre 6 y 8 veces al día ósea 7 en promedio diarios, al mes su consumo seria de 210 pañales ósea que al año sería un total de 2.520 pañales sucios generados y en los primeros 3 años, que es cuando hace un uso más intenso resultan 7.560 pañales por niño. Solo con que cada pañal contenga unos cien gramos de heces y pis, resultará más de una tonelada generada por cada niño colombiano hasta los 3 años de edad. Si se combina este dato con la tasa de natalidad colombiana y da un resultado de 1.000.000 toneladas anuales de pañales sucios generados, lo suficiente en volumen para llenar un estadio de futbol de tamaño grande 2 veces.
4. Los dientes son los causantes de las dermatitis de los bebés, no los pañales
Las heridas en la piel del bebé causadas por infecciones o alergias se conocen como dermatitis. Tienen su origen en los líquidos que expulsa el niño, pero no en el pañal, salvo en el caso de rozaduras con elementos plásticos o con poca transpiración de este, ya que precisamente la función del pañal es absorber todos los líquidos para evitar que estén en contacto con la piel del bebé. Aun así, en ocasiones el exceso de líquido humedece el pañal y la orina, que se degrada rápidamente en sustancias tóxicas, entra en contacto con la piel.
También las heces, que tienen un PH ácido al contener jugos gástricos, pueden provocar dermatitis, en especial cuando al niño le salen los primeros dientes, hacia los siete a nueve meses. El motivo es que con la salida de los dientes la saliva se acidifica y por tanto al ser tragada baja todavía más el PH del aparato intestinal. En consecuencia, las heces saldrán más ácidas y crearán un aumento notable de las dermatitis. Los padres veteranos saben antes por la colita roja que por la boca que su hija o hijo ha llegado a la fase dentaria.
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